En estos momentos están linchando a tres mujeres guatemaltecas. Los gritos de la turba enardecida dan escalofríos. Al parecer, una de ellas acaba de morir ahorcada en manos de los vecinos. A otra la están quemando viva, tras lanzarla a una hoguera improvisada en mitad de la plaza. La gente está enceguecida. La tercera de las mujeres no se ve por ningún lado. “En Guatemala la justicia se hace con las propias manos”, comenta el reportero con voz agitada, mientras cuenta en vivo y en directo lo que está sucediendo frente a sus ojos. La transmisión radial del linchamiento acompaña el viaje en taxi, por el centro de Ciudad de Guatemala, hacia la Fundación Rigoberta Menchú Tum.
―¿Nunca escuchó un linchamiento? ―me pregunta el taxista, mientras avanzamos por calles angostas salpicadas de policías con metralletas, guardias privados con fusiles a la vista y casas con alambrados y cercos eléctricos.
Faltan pocas semanas para las próximas elecciones presidenciales de Guatemala, un país con 250 mil desaparecidos durante los últimos gobiernos militares. Entre los ocho candidatos al cargo está Rigoberta Menchú, la Premio Nobel de la Paz 1992, quien pretende ser la primera indígena y mujer en llegar a la presidencia de Guatemala. Parece optimista. Por lo menos, se la ve sonriendo con los brazos abiertos en muchas gigantografías publicitarias de la vía pública.
Sin bajar el volumen de la radio, con los gritos de la turba de fondo y el reportero dando detalles de la venganza urbana, el taxista cuenta detalles. El linchamiento está sucediendo en la población de Camotán, en el departamento oriental
de Chiquimula, apenas a tres horas de donde estamos avanzando ahora. Esta mañana, en Camotán, apareció muerta una niña de ocho años. El cuerpo de la pequeña, hija de un tal Vinicio España que trabaja de ilegal en Estados Unidos, estaba sin sus órganos vitales. Pocas horas más tarde del hallazgo, una turba de pobladores de Camotán se lanzó sobre tres mujeres, vecinas del pueblo, acusándolas de asesinato para el tráfico de órganos. Y esa lapidación, que ya lleva varias horas, es la que venimos escuchando en el taxi.
―Si esto no se para así, después nos van a matar a todos los niños de Guatemala para sacarles los órganos ―dice el taxista, mientras me deja en la puerta de la Fundación Rigoberta Menchú.
La seguridad es el tema que lidera la inquietud de los votantes en Guatemala. Rigoberta Menchú ha dicho que pretende capacitar a dos mil oficiales de la Policía Nacional Civil en asuntos de investigación criminológica, en un plazo de cuatro años. Además, se plantea elevar el presupuesto de Gobernación a unos 700 millones de dólares.
La sede de su Fundación está en la Zona 2, un barrio céntrico de Ciudad de Guatemala. Es una casona de dos pisos, sin anuncios en la fachada, que da a una plazoleta donde estacionan taxistas. Hay rejas en las ventanas, una puerta que parece blindada y una cámara de televisión. Por dentro, el lugar es sencillo, con fotos de Rigoberta junto a Juan Pablo II, con Rigoberta durante la entrega del premio Nobel, con Rigoberta hablando en un foro internacional. En un rincón de la sala de reuniones hay una vidriera,
con folletos de la Fundación y muestras de productos cultivados por indígenas.
―Yo no quiero ser una premio Nobel que sólo está detrás de una vitrina, quiero tener la posibilidad de cambiar mi país. Por eso me postulé a la presidencia
Rigoberta Menchú Tum, vestida con traje típico, habla con voz delgada pero firme. Sus asesores dicen que está muy cansada, pero se la escucha firme. Los días de campaña han abultado, aún más, su ajetreada agenda de conferencias, foros y visitas internacionales. Todos los fines de semana de los últimos meses, y así será hasta las elecciones de septiembre, Rigoberta sale en caravana de vehículos a recorrer el interior del país. Los días de semana los dedica a reuniones de trabajo, en Ciudad de Guatemala, o a viajes cortos al extranjero.
Rigoberta, como la llaman los guatemaltecos, nació el 9 de enero de 1959, en la aldea Laj Chimel, en San Miguel Uspantán, departamento de Quiché: una zona de montañas y fincas, en la costa sur guatemalteca. Fue alfabetizada en la adolescencia, por las hermanas de la Sagrada Familia, y aunque ella misma reconoce que “soy autodidacta; no tengo constancia de estudios, pero tengo una intensa preparación, aunque no con las reglas académicas tradicionales”, Menchú Tum posee veintidós doctorados honoríficos, en Guatemala y en el extranjero.
Proveniente de una familia de luchadores sociales, su hermano menor fue secuestrado y asesinado por el ejército, su padre quemado vivo junto con otros veintinueve ocupantes de la embajada de España y, pocos meses después, su madre
murió tras ser torturada. Fue elegida Premio Nobel de la Paz en 1992, cuando se cumplían 500 años de la llegada de los españoles a América, y rápidamente se convirtió en un referente indigenista mundial. Actualmente su Fundación, que funciona desde 1993, tiene oficinas en Estados Unidos, España, México y Guatemala. Se la suele ver fotografiada junto a importantes líderes mundiales, y hay muñecas que imitan su figura y que en México se venden junto a las muñecas de Frida Kahlo.
A comienzos de los años 80, cuando en Guatemala se vivían años de extrema violencia y toda Centroamérica olía a pólvora, Rigoberta Menchú se exilió en México. Desde allí denunció “el genocidio que estaba sucediendo en Guatemala”, e inició una lucha en la comunidad internacional a favor del respeto y el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas.
―Es verdad que soy nueva en el escenario político, pero soy una persona a la que conocen por una lucha continua, de experiencia. Quiero poner al servicio del pueblo de Guatemala toda una trayectoria de lucha.
Está casada desde hace catorce años con Ángel Canil, su representante y socio en algunos negocios, y tuvo dos hijos: Mash, el mayor, que ahora tiene 12 años y la acompaña en algunos actos. Y un segundo, que murió a los tres días de nacido.
―Provengo de la población más pobre y humilde de Guatemala. Represento un conjunto de derechos y compromisos que he llevado durante toda mi vida. Porque soy una guatemalteca, siento que es un gran compromiso, y por eso vengo con
mucha humildad. El hecho de que los guatemaltecos se pronuncien por mí es un gran honor.
No suele dar entrevistas. Pese a su rango de figura mundial y de estar en plena campaña presidencial, esquiva lo más que puede las charlas directas con los medios. Aura Axe, la asistente guatemalteca que maneja su agenda de prensa, dice que “hay una larga lista de medios, de diferentes países, esperando por entrevistarla. Se hace muy difícil”.
Cuando responde, sus opiniones suelen ser breves. Como si intentara no salirse de un libreto. Algo que cambia, pero no mucho, cuando habla de la discriminación.
―En Guatemala, como en muchos países de América Latina, hay un fuerte racismo. En este país el racismo está desde las estructuras del Estado, en la mente de quienes lideran el país, pero la gente está más armonizada. En Guatemala está arraigado el monoculturalismo
Comenta que durante estos meses de campaña ha sentido fuerte la discriminación. Y hasta confiesa que los medios guatemaltecos se burlan de ella diciendo “que soy fea”, y que una mujer indígena no está a la altura de gobernar Guatemala.
Rigoberta no es favorita para las próximas elecciones, y según las últimas encuestas ni siquiera llegará a pelear la segunda vuelta a la que llegarían Álvaro Colom, de la Unidad Nacional por la Esperanza, y Otto Pérez Molina, del Partido Patriota. Es decir, el actual presidente y el candidato que promete mayor mano dura contra la delincuencia.
En el último tiempo han saltado a los medios dos noticias, que le incomodan particularmente a la candidata por el Partido Encuentro por Guatemala.
La primera de ellas es que en su libro, Me llamo Rigoberta Menchú, un conmovedor testimonio de su vida política y éxito de ventas en varios países, se han detectado una serie de hechos que no son reales.
―Los que discutan lo contrario a lo expuesto en mi libro, que lo hagan en un tribunal.
El otro caso tiene que ver con la sociedad comercial que, desde hace unos años, mantiene Rigoberta Menchú con el controvertido empresario mexicano Víctor González Torres, dueño de las farmacias Similares, famoso imperio farmacéutico dedicado a vender medicamentos genéricos. El acuerdo, sellado entre ambos con el dibujo del Doctor Simi de fondo, fue noticia. Y si bien en Guatemala abundan dichos locales, Rigoberta dice que “aún no se ha recuperado la inversión de 150 mil dólares, donde tengo el 33 por ciento”. Asegura que hoy vive de vender libros y de dar charlas en universidades.
En Ciudad de Guatemala, capital de uno de los cinco países con peor distribución del ingreso económico a nivel mundial, se habla de la violencia de las Maras con una familiaridad que asombra. En cualquier lobby de los hoteles cinco estrellas de la Zona 10, se puede ver a cientos de parejas venidas del primer mundo, las que, tras brevísimos trámites notariales y tras pagar unos 40 mil dólares, consiguen adoptar a un niño guatemalteco con el que regresan a sus países. Y semanalmente las noticias dan cuenta de un nuevo linchamiento, a cargo de turbas que han terminado por convencerse de que la única justicia posible, en este lado del mundo, es la que se ejecuta con las propias manos.
Sin bien éstos son tres temas que al visitante sorprenden de entrada, en el debate presidencial el único acuerdo claro es que ―detalles más, detalles menos― todos los postulantes con más chances prometen mantener el sistema económico actual. Incluida Rigoberta.
―Con Hugo Chávez no tengo ningún tipo de relación. Y a Evo Morales lo considero, por sobre cualquier asunto, mi hermano.
Sin embargo, en todo lo que va de la campaña, Rigoberta ha evitado que se la relacione con Morales, el único presidente indígena en ejercicio de todo el continente. Dice, en cambio, que le gustaría que “mi amigo” Ricardo Arjona, el famoso cantante guatemalteco superventas en toda la región, participe de su gobierno como promotor cultural. Y recuerda su amistad con Jacques Chirac, el ex presidente de Francia, la única persona con quien ―dice ella― Rigoberta practica el poco francés que sabe.
Cae la noche en Ciudad de Guatemala, y aunque no hay toque de queda, cuando no hay luz natural las calles se vacían rápido. En la zona de los hoteles caros, con guardias de seguridad escondidos en cada rincón, hay casinos de juegos funcionando a buen ritmo, locales de table-dance con bailarinas nicaragüenses sin papeles que van rumbo a Estados Unidos, y discotecas donde los jóvenes locales beben ron y cerveza saltando al compás del último disco de reggaetón. Fuera de esa zona protegida, donde abundan los gringos en plan de negocios, la ciudad se mantiene a puertas cerradas. Por momentos, uno tiene la idea de estar recorriendo la noche de una capital donde, literalmente, penan las ánimas.
De un país que se apronta a unas nuevas elecciones presidenciales, pero que, por lo visto, aún necesitará mucho tiempo para espantar sus fantasmas.
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Rigoberta en campaña
la que fue no es
Lunes 15 de Octubre del 2007Carlos
Rigoberta se olvidó de su gente, se le subió el Nobel a la cabeza y se integró sin resistencia a un establishment que consiguió desactivarla como mujer revolucionaria.
Es una pena que haya cambiado así su rumbo porque su pueblo ya no confía en ella
Que tiene que ver rigoverta en todo este asunto?
Martes 19 de Febrero del 2008Ely
Leo toda la noticia, y no entiendo que tiene que ver Rigoverta Menchú con todo esto, al parecer pretenden hecharle palo a la poblacion que pretende sacarle la verdad a las mujeres que se dedican a esto, y el asunto lo toman como POBRECITAS LAS MUJERES Ó PORQUE NO SALVAN A ESTAS MUJERES, pero quiero contar y no es un secreto ni una mentira, CAMOTÁN se distingue por un pueblo tranquilo,con mucha paz, con temor a Dios, pasa que en esa ocacion DESTAZARON A UN NIÑA, el problema no eran las mujeres, era la niña, bien se sabe que así jamas se recuperaría la vida de la pequeña, pero era una manera de parar con todo esto, buscando a la pequeña desde un día antes, denunciando a las autoridades y no logrando colaboracion de ellos, poco despues las mismas autoridades protegían a una de las mujeres que entregó a la pequeña a los inhumanos que la mataron, si las autoridades hubieran colaborado otro fin ubiera tenido la historia, buscaron toda una noche, la encuentran otro día sin sus organos, razon por que el DOLOR Y LA ANGUSTIA se convirtieran en IRA, y que a la fecha aun no se hace justicia y estas regiones aun siguen sintiendo amenazas, pero a todo esto, que tiene que ver RIGOVERTA MENCHÚ, si jamas ha venido por esta region?